No hay quien nos puede predecir el futuro, pero si lo podemos inventar por eso se llama porvenir, el porvenir si lo podemos inventar. Y en Argentina y en todas partes del mundo tenemos dos alternativas, ser espectadores o ser protagonistas, sentarnos a la orilla del camino a ver como suceden los acontecimientos o ir nosotros y producir el acontecimiento, ésa es la gran diferencia. La distinción entre un líder fracasado y uno exitoso está en que todos los mediocres dicen: “casi, casi lo logro” y un triunfador dice: “lo logré”, el fracaso tiene mil excusas, el éxito no requiere explicaciones.
La diferencia entre nueve y diez es toda; es la diferencia entre una medalla de plata y una medalla de oro. Tenemos que aprender a erradicar el casi y hacer que las cosas ocurran. Tener mentalidad de triunfadores.
Los líderes creen que lo imposible es posible.
Napoleón en alguna ocasión, quería atacar a las tres de la madrugada en un terreno pantanoso, obviamente los generales estaban renuentes, no querían ellos seguir al general, porque sabían que la lucha iba a estar muy difícil en condiciones muy adversas, Napoleón estaba convencido que sí deberían atacar, entonces, los mandó a llamar a su casa de campaña, los sentó a todos y les dijo: “Mis queridos generales quiero que borren una palabra para siempre, una palabra que solamente los imbéciles y los estúpidos la usan y al que la vuelva a usar le hago consejo de guerra y lo fusilo, la palabra que quiero que borren para siempre es: ¡imposible!. Ahora, ¿podemos atacar? – ¡claro mi general; como no!”.
¿Qué es un idealista?, un idealista es un soñador que cree que lo imposible es posible además, se disfraza de gente normal y hasta te llega a enrolar.
Los hombres que han construido el mundo definitivamente no son los economistas, ni los genios del razonamiento, son los locos, que sueñan con un mundo mejor y se lanzan a ese sueño y logran ese sueño.
Imagínate la desesperación de Luis Pasteur, presidente de la academia de ciencias en París cuando le muestran un niño de nueve años que sacaba espuma por la boca, era victima de la rabia, en ese momento este hombre y dice: “Esto lo podemos vencer”, y los otros le dicen: “Es imposible, mira es la voluntad de Dios, son los castigos del cielo, no lo podemos vencer”. Obviamente Luis Pasteur era un soñador que lo logró.
Un soñador no importando el tiempo sabe que al final va vencer, Mahatma Gandhi no murió, Luther King no murió, simplemente ellos dejaron su lucha, la lucha está viva el sueño esta vivo. Por eso dice en sus epitafios: “simplemente murió pero nunca fue vencido”, en las pirámides de Egipto, hay una frase que dice: “el hombre teme al tiempo, y el tiempo teme a las pirámides porque no las han podido borrar siglos enteros”.