Quizás imaginas que regalarte una experiencia es algo así como viajar, o enamorarte, o abrazar a tu familia.
Sin embargo, estos son ejemplos de contenidos de una experiencia, no la experiencia.
¿Qué es entonces una experiencia? ¿Cómo hago para regalarme una?
La experiencia se construye con mis sentidos, mis pensamientos y mis emociones. La experiencia no es función de las circunstancias, las otras personas ó el momento, sino, de mí mismo.
Yo soy el creador de mis experiencias, y aunque cambie mis relaciones, mi trabajo, mi lugar, o mi edad, llevo al experimentador que estoy siendo a todas partes a cada instante. Mientras siga siendo el mismo, los contenidos de mis experiencias serán muy parecidos.
Para regalarme una experiencia tengo que estar presente. Presente en el aquí y ahora, no puedo experimentar otra cosa. Incluso el pasado o futuro sólo existen para mí ahora; uno como un recuerdo, una historia que tengo presente en este momento, y el otro como una proyección, una especulación que realizo en este instante. Tanto el tiempo como el movimiento son mis creaciones.
No existe movimiento absoluto, el movimiento es imposible de determinar en sí mismo, sólo puedo percibir movimiento si tengo un punto de referencia, algo con qué comparar. Si el marco de referencia se mueve conmigo, para mí, yo estoy quieto.
Quizás, te sientes estancado, esperando tu momento, tu oportunidad, pero parece que no termina de llegar nunca; eso es porque mi punto de referencia se está moviendo conmigo. Llevo al observador que soy a cada momento de mi vida y como mi forma de ver el mundo no cambia, mi vida tampoco.
Tal vez, experimentaste un cambio brusco, vertiginoso en tu vida, un antes y un después. Eso ocurre cuando te transformas, y comparas el que eres hoy con el que solías ser y las posibilidades que tenías entonces disponibles.
La experiencia no es algo que va a ocurrir en el futuro, o cuando las cosas mejoren, o cuando te sientas listo. ¡La experiencia está disponible ahora!
No querer experimentar, no aceptar lo que estoy viviendo, querer evadirme, me mantiene congelado, reviviendo una y otra vez las mismas experiencias, los mismos ciclos. Quiero que la experiencia se termine y sin embargo sólo se repite.
La salida de cualquier experiencia es viviéndola completamente, cuando vivo algo plenamente, se agota, y libero el espacio para la próxima experiencia.
Quizás, te encontraste esperando que el año se termine para poder experimentar un cambio. Y ciertamente, va a cambiar el calendario, van a cambiar las circunstancias, pero si no te transformas, nada va a cambiar tu experiencia.
La mayoría del tiempo mis experiencias las creo de forma automática, sin mi elección consciente. Cada experiencia resulta, entonces, una proyección mecánica de mi historia, cada acción una reacción predeterminada, repitiendo con precisión la representación que acostumbro llamar: yo mismo.
También, tengo el poder de romper con ese ciclo, y participar de mi vida de forma consciente, cuando elijo estar presente y escuchar.
¿Qué escucho?
Escucho mis sentidos, percibo mi respiración, el ritmo de mi corazón, el peso de mi cuerpo, la temperatura en mi piel, el sonido del viento…. Escucho mis emociones, el miedo, la ansiedad, la felicidad, el amor, la paz… Escucho mis pensamientos, la confusión, el querer controlar, el querer entender, el juicio de si lo estoy haciendo bien, la comprensión repentina, la ignorancia profunda…
Me quedo escuchando, presente, hasta que soy consciente de cómo estoy creando estas percepciones, emociones y pensamientos, cuando logro tener consciencia de ser el creador, elijo.
Elijo crear mi experiencia, y cada experiencia es el regalo que me doy para vivir plenamente.
Muchas veces vivimos esperando algo para poder ser, para finalmente tener la experiencia que estamos buscando. El próximo año, será mi año, cuando tenga la persona correcta con quien compartir mi vida voy a dar amor, cuando logre mi proyecto seré exitoso, cuando tenga suficiente dinero estaré tranquilo, cuando se disculpen conmigo voy a perdonar, cuando tenga tiempo para cuidarme voy estar saludable…
Nada más que tú mismo, te impide ser quien tú quieres.
Tú eres el creador, el experimentador, esas experiencias que quieres, todo lo que sueñas, ya lo tienes disponible.
Mi deseo para ti, no es para el nuevo año, es para ahora y siempre:
¡Regálate experiencias!
Abrazo grande,
Nicolas Mogilevsky